Por qué el ejercicio extremo ya no es un aliado
El ejercicio es esencial para mantener una buena salud, especialmente en la tercera edad. Sin embargo, algunos movimientos populares pueden sobrecargar el corazón en personas mayores. Es crucial adaptar la actividad física a la edad y al estado cardiovascular para evitar riesgos innecesarios.
Ejercicio peligroso 1: Correr en asfalto a alta intensidad
Correr en superficies duras puede ser un desafío para el corazón de los mayores. El impacto repetido y la elevación brusca de la frecuencia cardíaca estresan el miocardio. Esto puede derivar en arritmias y microlesiones en las arterias coronarias.
Ejercicio peligroso 2: Saltos verticales y burpees
Esta modalidad incluye cambios de presión súbitos que pueden desencadenar picos de presión arterial peligrosos. Los mayores de 60 años están en riesgo de experimentar mareos, palpitaciones e incluso síncope al realizar estas actividades.
Ejercicio peligroso 3: Levantamiento de pesas pesadas sin supervisión
Al levantar pesas sin supervisión, se corre el riesgo del “efecto valsalva”, que aumenta drásticamente la presión intratorácica. Esto puede resultar en hipertensión aguda o, en casos extremos, disección aórtica.
Ejercicio peligroso 4: HIIT sin periodos de recuperación adecuados
Los entrenamientos HIIT intensos sin descansos prolongados pueden dificultar que el corazón regule bien el ritmo y el flujo sanguíneo. Se aconseja mantener un máximo del 70% de la frecuencia cardíaca máxima y asegurarse de tener pausas adecuadas.
Ejercicio peligroso 5: Clases de spinning a tope de resistencia
Las clases de spinning con resistencia máxima elevan demasiado la carga cardiovascular y compactan el retorno venoso, lo que puede ser muy perjudicial. Es recomendable controlar la resistencia y mantenerse en niveles moderados.
¿Cómo entrenar sin riesgo?
Para minimizar riesgos, se sugieren alternativas como caminatas en terreno blando, natación suave, yoga restaurativo y entrenamiento funcional con bandas elásticas. Es importante controlar la frecuencia cardíaca con un pulsómetro y consultar al médico antes de aumentar la intensidad.
Cierre con llamado a la prudencia
En conclusión, menos puede ser más. Un ejercicio adaptado protege el corazón y mejora la calidad de vida. Invita a compartir estos consejos con amigos y familiares para asegurar que todos se mantengan seguros mientras se mantienen activos.